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Denuncian “el abandono total” de los usuarios del CAID de Leganés

“El Ayuntamiento de Leganés tiene el CAID (Centro de Atención Integral a Drogodependientes) en una situación de abandono total”. Así define a Leganés AL DÍA Rosa Martínez, quien lleva meses denunciando el déficit de funcionamiento del mismo, la realidad a la que se enfrentan actualmente los casi 440 usuarios de este centro y las 60 personas que están esperando iniciar un tratamiento en el mismo.

Martínez señala que, como ya ha denunciado la oposición en varias ocasiones, “desde que el médico, que era también el director del centro, se jubiló en diciembre del año pasado no ha venido nadie a sustituirlo ni tienen pensado hacerlo. El Ayuntamiento dijo que habían abierto la bolsa de trabajo para contratar a un médico pero no han hecho nada”.

Destaca Rosa que el centro “no puede estar sin médico, porque para iniciar un tratamiento hay que pasar una entrevista con médico, trabajadora social y psicóloga y el médico pone el tratamiento, porque cada caso es diferente”.

Hay que recordar que el CAID es un centro sustentado con fondos de la Comunidad de Madrid, pero cuya gestión corresponde al Ayuntamiento de Leganés, que ya hizo un primer intento de devolver esa labor a la administración regional, que ésta rechazó.

En medio de esa fría lucha burocrática quedan las situaciones vitales de muchas personas que, como apunta Rosa Martínez, “tampoco tienen atención psicológica desde hace más de 200 días, ya que antes había dos psicólogos, pero al estar una de ellas de baja, sólo se atiende a los que están en la agenda del otro. Esta baja fue anunciada por la propia trabajadora al Ayuntamiento con tiempo, pero tampoco han hecho nada para sustituirla. Y estro afecta a más del 75% de los usuarios”.

RECLAMACIÓN IGNORADA

La citada portavoz recuerda que “cuando se jubiló el médico, a finales de año, puse una reclamación en el Ayuntamiento, pidiendo que me pusieran en contacto con la concejala de Salud, pero todavía estoy esperando que me contesten” y señala que, en esta situación “no hay acceso a recetas, la gente tiene que ir al médico de familia, a ver si hay suerte, pero eso no sirve, por ejemplo, para las personas que están tomando metadona, porque el médico del centro es el único que te puede cambiar el tratamiento y darte más o menos si te vas fuera”.

Además, señala Martínez, “con este confinamiento hay gente que lo está pasando muy mal, ha habido brotes psicóticos, gente que no soporta estar encerrado y que, sin el tratamiento y la atención psicológica adecuada, están pasando por situaciones muy difíciles”, En ese sentido, nos cuenta que “hace unos días tuvimos la tragedia de una usuaria del CAID, que vivía con su madre y su hija, que se quitó la vida”.

A pesar de ello y de que, como apunta Martínez “el CAID se ha convertido en un mero dispensador de metadona dos veces por semana, el Ayuntamiento no mueve un dedo, y eso que dispone de un presupuesto de 600.000 euros de la Comunidad de Madrid. Por contra, los usuarios se ven un completo abandono, con sólo un farmacéutico y uno de los cinco trabajadores en el centro al día, a causa del confinamiento”.

La situación llega hasta el punto de que el centro lleve “más de 45 días sin analítica, cuando normalmente se hacen todas las semanas. Muchas veces quien tiene que hacerlo, sin que sepamos por qué, no aparece por el centro”. Esto afecta, además, en otros aspectos al margen de los sanitarios, “ya que hay gente que requiere de informes del CAIDA por asuntos judiciales o, incluso, familias que dependen de esos informes para que los Servicios Sociales no intervengan a la hora de hacerse cargo de sus hijos”.

Para Martínez está claro que “se vive un caos total, con recaídas, gente abandonada a su suerte, personas que consumen distintos tipos de estupefacientes que no están siendo controladas”, y añade que “sabemos que el alcalde se reunió con la Comunidad de Madrid para deshacerse de estas personas, porque pare el Ayuntamiento son la parte fea del pueblo, como los indigentes, a los que han tenido en la calle durante la pandemia. Eso es de tener muy poca moral y de no ser muy buena persona”.

Concluye Rosa Martínez resumiendo la situación del CAID de Leganés: “Ni médico, ni tratamientos, ni analíticas, ni atención psicológica, ni seguimiento, es ya sólo un mero dispensador de metadona”, y anunciando que “vamos a poner todo esto en conocimiento de todos los Grupos políticos de la Comunidad de Madrid, para que sepan hasta dónde llega la dejadez de la administración de Leganés”.

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